Carlos Ponce de León
Director de Marca, experto en futbol nacional e internacional. En su columna tendrás un análisis veraz y oportuno.
Culpables, intocables
El hilo se rompe por lo más delgado de forma invariable, y el puesto del técnico es la zona más frágil en la crisis futbolera. Es inaudito ver a futbolistas y directivos cruzar el pantano sin mancharse, a pesar de que son más responsables. Es ley salvaje.
Cruz Azul cortó a Aguirre como dicta el manual tras una goleada histórica, pero no debe cargar sólo la pesada loza de la humillación. La responsabilidad debe tocar a jugadores que arrastraron el escudo, que empeñaron el esfuerzo y no mostraron capacidad; sobre todo, a esta directiva que comprometió el presente por intereses políticos y empresariales, encabezada por Víctor Velázquez. Y por supuesto a Jaime Ordiales, quien dejó un barco mal armado y se bajó antes del hundimiento. Pero son intocables.
En Universidad sucede algo similar. Lillini terminará pagando tarde o temprano el mal paso de Pumas, a pesar de ser el factor que lo levantó en su momento oscuro. El peso debe ser repartido: entre los refuerzos que no responden a la expectativa y la directiva encabezada por el Ingeniero Silva y el Doctor Mejía Barón, que permite que la filosofía de cantera sea olvidada. Muchas ventas y contrataciones sin reparar en los juveniles. Se engolosinaron cuando volaba con plantel precario, elevaron el listón y ahora no lo alcanzan.
Eso sí, el caso de Dani Alves expuso algo que creí imposible: que al fichaje esperanzador, al de virtudes casi celestiales, se le puede voltear la afición como ayer.
Las bondades de nuestro torneo entregan tiempo para componer el rumbo; que se repartan responsabilidades para que dos grandes en crisis no terminen por hundirse.
Y SE DIJO...