Nada me puede sacar de la cabeza las palabras de Luis Castillo en junio pasado, justo tras la goleada ante Uruguay: la estrategia comunicativa de la FMF para cuando se cortara a Jaime Lozano de Selección Mexicana establecería que “el Jimmy es quien decide bajarse del barco”. Tal y como se cuenta ahora.
Se habló de empodermiento desde las cuentas de redes sociales de Selección, incluso los directivos como Ivar Sisniega así lo destacaron. Castillo avisó que una fuente en FMF le adelantó que se había decidido crear la narrativa entre la prensa amiga de que fue Lozano quien escogió mejor no seguir. Y no le creímos al periodista. El tiempo parece darle la razón.
Tras ver las formas de los proyectos finalistas de Euro y Copa América, cómo encararon las sendas Finales domingueras, me queda claro que lo que necesita México es un técnico que sepa cuál es el estilo de la Selección Azteca, cuáles sus virtudes para establecer su personalidad, no otro experimento.
Esta España juvenil es atrevida, dinámica, osada; en contraste, Inglaterra, con otra generación brillante, no ha logra desarrollar identidad que le entregue títulos, a pesar de ser protagonista. Lo mismo con la sorpresiva Colombia, que perdiendo ante la poderosa Argentina deja claro que tiene una filosofía admirable. ¡Eso es empoderamiento de verdad!
Eso requerimos con el técnico nacional: capaz no sólo de convocar a lo mejor o de encontrar respuestas en momentos complejos, no como Lozano, sino que pueda recuperar o implantar un estilo propio mexicano. Como hizo Lavolpe, a mi entender el último que lo logró.
¿El Vasco Aguirre será capaz? Por lo menos tiene más posibilidades que Jaime Lozano, de quien se dirá que decidió bajarse del barco, aunque en realidad es otra decisión tardía de esta FMF que sigue con la cabeza en todo menos en lo que importa: en lo deportivo. Lo que necesitamos es menos mentiras y empoderar de verdad a nuestro futbol.
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