La soberbia en el futbol no es tan mala, en ciertas dosis puede ayudar a construir exitosas historias. Pero no es para todos, solo para los ganadores. Abusar de ella puede hundir en la peor mediocridad.
América construyó su historia de grandeza sobre el pilar de la soberbia y hoy la confirma ganando todo: el primer torneo de la temporada, el segundo, líder de ambos, y cuando ya era Campeón de Campeones, la Liga MX le inventa una Recopa para que siga extendiendo las alas sobre el resto. Soberbia, su mejor aliada para edificar una magnífica narrativa. Excelsa.
La Selección Mexicana pecó de soberbia por no ser ganador; el fracaso en Copa América le pasará alta factura. Los nuevos directivos de FMF creyeron que bastaba con invitar a la afición a unión y apoyo, que con eso se iba a olvidar la humillación ante Uruguay y la derrota con Brasil.
Creyeron que con invitar al apoyo sería suficiente para derrotar a Venezuela, que sí vive una verdadera renovación, o a Ecuador, de mucho mejor plantel. Se llenaron la boca con la pírrica victoria sobre Jamaica, goleada por los otros. Soberbios.
La actual administración liderada por Juan Carlos Rodríguez pecó de soberbia y sumió al Tri en la peor crisis moderna. Ni el fracaso en Copa América les quita la venda de los ojos: Davino asegura que Lozano se queda hasta el 2026.
Tendrán que ser los dueños del futbol los que den un manotazo en la mesa, desde este miércoles en Asamblea, para provocar un cambio que mejore el panorama a nuestro tercer Mundial. Sólo así se sacudirá la soberbia que hoy tiene cegada a Doña Fede.