Carlos Ponce de León
Director de Marca, experto en futbol nacional e internacional. En su columna tendrás un análisis veraz y oportuno.
El gran desperdicio del Monterrey
No hay mayor desperdicio en nuestro futbol que lo que se hace en el Norte. A base de golpes de cartera, Monterrey y Tigres encontraron con el nacimiento del actual siglo el ascenso futbolero, se consolidaron como protagonistas, después como clubes triunfadores. Forjaron eras gloriosas, repletas de trofeos.
El equipo felino sí supo renovarse, mantuvo su dinastía más ganadora hasta nuestros días, con más títulos a pesar de que los acusamos de viejos. Desde CEMEX supieron cambiar a la directiva por otra igual de inteligente para gestionar el éxito.
Pero no pasó lo mismo desde FEMSA con Rayados, pues apostaron por la imagen más que por la capacidad de dirección. Hoy lo pagan caro, carísimo, la falta de aptitud y talento desde el escritorio. Siguen pagando las sumas más grandes que cualquier club de Liga MX pueda invertir, pero contrario a Tigres, se hunden en la mediocridad. Rayados es el peor desperdicio de nuestro balompié.
Apostaron por el Tato Noriega para guiar el proyecto por el simple hecho de que fue jugador del Monterrey y por su imagen.Y se perdieron, extraviaron no sólo los títulos sino el protagonismo; lo peor: están derrochando el tremendo prestigio que conquistaron en las últimas dos décadas. Están cerca de agotarlo y no lo ven.
A pesar de tener al capaz Héctor Lara como su mano, el Tato Noriega sólo sabe reciclar, ha intentado inútilmente comprar el éxito ajeno. Es increíble que sea el único que no entendió hace meses que el Tano Ortiz no es ganador y que no sirve para traer trofeos.
Rayados debe cambiar desde la cabeza, debe replantearse el mediocre camino que ha tomado con esta dirección. Son el hazmerreír de nuestro futbol por tanta inversión absurda y tan pobres resultados. Un desperdicio de institución.
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