Carlos Ponce de León
Director de Marca, experto en futbol nacional e internacional. En su columna tendrás un análisis veraz y oportuno.
Lo que no se juzga
Para poder juzgar a Yon de Luisa como presidente de la FMF tenemos que exhibir más de lo que ve el aficionado desde su tribuna, ser calificado en cinco rubros esenciales dentro de su enorme paraguas de responsabilidades.
El más visible es el de Selecciones Mexicanas: su pecado fueron los últimos dos años que incluyeron el fracaso de Qatar, así como la Femenil y juveniles para calificar a torneos importantes, y la pérdida de la hegemonía de Concacaf a manos de Estados Unidos. El inicio de Martino y la medalla en Tokio son sus palomitas. Al final es reprobatorio. La categoría del arbitraje es otro punto que se exhibe al público; los silbantes atraviesan crisis a nivel mundial y en México no ha sido diferente, sin mejoría, así que tiene un mediocre seis.
Después están su capacidad de relación y negociación: los tratos con FIFA y Concacaf, y luego hacia el interior con los miembros de FMF, su coordinación para jalar al mismo lado y tratar de llevar la fiesta en paz. Calificación extraordinaria, evitó que se expandieran conflictos.
Y por último, el punto que preocupa más a propietarios: el comercial, pues De Luisa fue un agente que ayudó a Pepe Romano a cerrar los sensacionales tratos que tienen la Federación, especialmente con Selecciones. El ciclo al 2026 está casi vendido en totalidad y el Ingeniero fue vital en un rubro que poco ve el aficionado. Un 10 y sobrado.
Haciendo el balance, De Luisa se marchará de la presidencia con una calificación de 7.5 y ahí súbele o bájale. Yo lo elevo al 8 por sencilla razón: al final demostró tremendo profesionalismo al hacerse a un lado por decisiones con las que no está de acuerdo y que no piensa apoyar. La fácil sería seguir cobrando y ser títere de los intereses que en lugar de rescatar a nuestro futbol, lo van a terminar hundiendo. Lo lamento, pero me pongo de pie con tu decisión, Yon.