Carlos Ponce de León
Director de Marca, experto en futbol nacional e internacional. En su columna tendrás un análisis veraz y oportuno.
Falta rival para detener La Décima
Que el América eliminara a Cruz Azul en una Liguilla, en especial en una Final, se volvió tan seguro como que el agua moja. Se escribió como ley de la naturaleza futbolera. Sin embargo, así como se inventaron los repelentes milagrosos para que resbalen las gotas sobre la tela como si nada hubiera pasado, La Máquina de Anselmi rompe los paradigmas de nuestro balompié y hoy dudo que existan unas Águilas o cualquier otro capaz de evitar La Décima celeste.
Se busca rival para Cruz Azul, uno que le quite el lugar como gran favorito a conquistar el Apertura 2024. América no es, aunque se afiance al Play In y muestre algunas notas del Bicampeón, necesita tomar aire, nada puede mantenerse en la excelencia por siempre. Es momento de ceder la estafeta y La Máquina lo sabe. Es un tema mental, superar al demonio amarillo y los noto capaces de lograrlo.
Los regios extraviaron el coraje que les había regalado el dinero. Tigres tiene problemas internos, Paunovic no supo gestionar al vestidor más ganador del siglo y Rayados sigue sin un proyecto deportivo sólido, aún priorizan la imagen sobre la calidad.
Chivas tampoco resurge, los orines de aquel dinosaurio apestan de nuevo, despreciados por figuras históricas no hay director deportivo ni entrenador de categoría que soporten la carga histórica que debe soportar el Rebaño. Amaury ha hecho todo lo que está en su poder, pero la malaria del Guadalajara rebasa a cualquiera.
Menos Pumas que había mostrado demasiada suerte para sacar los resultados y al probarse ante Cruz Azul quedó evidenciado. Universidad se volvió un equipo corriente, decidió perder su histórica esencia y ya no le queda el estatus de grande.
Es momento de La Máquina. Identificó sus problemas, los arrancó de raíz y se transformó. La recompensa del título podría parecer rápida, pero ante la falta de rivales y el proyecto sólido que construyeron, será merecida. Sólo el universo puede meter el pie en Liguilla, con un mal arbitraje o un día de pésima suerte. Porque si no es así, ya nada detiene a La Décima.