Carlos Ponce de León
Director de Marca, experto en futbol nacional e internacional. En su columna tendrás un análisis veraz y oportuno.
La Máquina tiene lo que faltaba: corazón
Porque ahora Cruz Azul tiene todo por ganar y poco por perder. Sin un proceso cuidado o glamoroso, al contrario, incluso tiene maneras que podrían espantar a la afición de piel delgada, esta Máquina encontró lo que extravió y le urgía tanto: coraje, corazón. Así libera presión por un título y eso lo convierte en gran candidato, irónicamente.
Chivas está más forzado que nunca, especialmente con la mega inversión en el retorno del ídolo Hernández, que ya vendió todos los abonos, pero no ha aportado (y no creo que lo haga) para conseguir su ansiada 13. Hasta Gago mostró desesperación en el empate de último minuto en Mazatlán, perdió la cabeza. Ese apremio los condena.
Pumas también recupera mejores formas, incluso protagonismo, pero su mayor acumulación de años sin título entre los grandes es la presión más tóxica; hoy tiene a siete equipos que ya conquistaron la misma cantidad o más de estrellas. ¡Siete! Sin el trofeo de Liga MX no sólo tendrá la etiqueta de fracaso, sino que se seguirá hundiendo irremediablemente en el pantano de la mediocridad, que es peor carga.
Una que ya no tiene Cruz Azul. Necesitaba más las formas de Anselmi, Alonso y compañía que otro campeonato. La Máquina se vacunó con más de 23 años de sequía, se volvió resistente como ninguno, cualidad que traspasó a su afición. La Novena fue un festejo sin igual, al paciente se le dio de alta; aquella enfermedad sin el título por tanto tiempo lo volvió fuerte, no lo debilitó como pensaron.
Requería otros grandes detalles como la comunión en un recinto que se sintiera un hogar, como fue el antiguo Estadio Azul esta jornada contra Tigres. Qué forma de conectar, enchinó la piel de los que estábamos en las desgastadas gradas sin ser cementeros. También precisaba del coraje de Ditta, incluso el de Alonso al reclamar al Piojo aunque no fuera correcto. Esas suspensiones avivan los latidos celestes. Y necesitaba mostrar sangre azul, como la de Huescas, Morales o Levy, así como el retorno de Lira a nivel de altura y un festejo como el de Rivero apuntando al cielo.
A Cruz Azul no le urge un campeonato como a otros grandes como Chivas y Pumas, tampoco está presionado los regios que por los millones invertidos. La Máquina requería mostrar corazón como ahora para tener lo necesario por La Décima. Liberado, hoy tiene todo por ganar y nada que perder.
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