Carlos Ponce de León
Director de Marca, experto en futbol nacional e internacional. En su columna tendrás un análisis veraz y oportuno.
La hipocresía del 'antiamericanismo' no tiene caducidad
Fiel a su estilo histórico, ese que lo encumbró como el decano del periodismo deportivo de nuestro país, cuando negociaba con José Ramón Fernández para ser columnista de RÉCORD me lanzó una pregunta con la ironía que acostumbra en su crítica en mesas de debate: “¿Y me vas a pedir que hable a favor del América? Porque este periódico es americanista, no me lo puedes negar, Carlos, ¡parece que son de Televisa!”. Me brincó, me alertó, ¿en verdad éramos tan ‘amarillos’? Pero encontré claridad, recordé que hablaba con el inventor del ‘antiamericanismo’, ese que duda de cualquiera que se atreva a elogiar a las Águilas, aunque sus éxitos sean legítimos.
Ahora, David Faitelson soltó una declaración en un show de su nueva televisora: “El antiamericanismo nos ayudó a crecer”, tiró en ‘Netas Divinas’, “decíamos que había historias de árbitros comprados y lo peor es que había gente que nos lo creía”. El alumno más avanzado de aquella escuela que fundó Joserra en TV Azteca acepta sin tapujos que lo que cimentó su trascendencia como profesional de la comunicación deportiva tiene más de imaginación que de realidad.
En estas palabras, el aficionado de las Águilas encuentra un momento de paz ante tanta calumnia sistemática vertida por años sobre la clandestinidad de sus triunfos. Pero será efímero, pues seguirá vivo, latiendo con fuerza, un problema sin solución: una mentira cuando es repetida mil veces se vuelve verdad popular. Esta falacia creada desde el micrófono, sobre los campeonatos comprados del América, trascendió la falta de pruebas y se convirtió en canon de los ‘antis’, los fieles a Chivas, Pumas, Cruz Azul y el resto de nuestro futbol que no comulga con el amarillo.
Ya es un dogma, una creencia inalterable: cada vez que América sea campeón (y lo seguirá siendo con alta frecuencia), se cuestionará la falta de legitimidad del título gracias al estilo que creó José Ramón desde el siglo pasado y que personajes como Faitelson, aunque hoy esté trabajando irónicamente en Televisa, sigan alimentando para generar polémica y rating. Pero tú, americanista, ya sabes que sólo es más leña para el fuego mediático, es más producto de la fantasía que de la realidad. Y por eso, mi querido Sancho, “dejad que los perros ladren”.
TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR: SIN TÍTULO NADA LES VALE A LOS OTROS TRES