La legalización de las apuestas deportivas en las ligas profesionales de Estados Unidos ha sido un tema candente y polémico en los últimos años. Mientras que algunos ven esta medida como una fuente de ingresos potencial y una forma de aumentar la participación de los fanáticos, otros advierten sobre los peligros y riesgos inherentes que podrían poner en peligro la integridad de los deportes.
La industria de las apuestas deportivas representa una oportunidad significativa de ingresos tanto para el gobierno como para las ligas deportivas. Los impuestos sobre las apuestas podrían proporcionar fondos esenciales para servicios públicos y programas sociales. Además, las ligas podrían beneficiarse directamente a través de acuerdos de patrocinio y derechos de transmisión.
Las apuestas deportivas también pueden aumentar el interés y la participación de los fanáticos. Cuando los aficionados tienen un interés financiero en el resultado de un juego, es más probable que sigan los partidos con mayor atención y pasión, lo que podría traducirse en mayores audiencias televisivas y más asistencia a los estadios. Legalizar las apuestas deportivas permite una mayor regulación y supervisión. En lugar de operar en la clandestinidad, las apuestas pueden ser monitoreadas para prevenir actividades ilegales, como el lavado de dinero, y para garantizar la justicia y la transparencia en el mercado.
El 14 de mayo de 2018, la Corte Suprema de los Estados Unidos anuló la Ley de Protección de Deportes Profesionales y Aficionados (PASPA) de 1992, que prohibía las apuestas deportivas en la mayoría de los estados. Esta decisión permitió a cada estado legislar sobre las apuestas deportivas, y desde entonces, más de la mitad de los estados han legalizado algún tipo de apuestas deportivas.
Desde entonces, las casas de apuestas han comenzado a patrocinar equipos y ligas profesionales. Un ejemplo notable es la NFL, que en 2019 firmó acuerdos de patrocinio con empresas como DraftKings, FanDuel y Caesars Entertainment. En 2021, la NFL anunció que las casas de apuestas BetMGM, PointsBet, WynnBET y FOX Bet también serían patrocinadores oficiales de la liga. Esta relación entre las ligas y las casas de apuestas ha aumentado el interés y la participación de los fanáticos, quienes ahora siguen los partidos con mayor atención y pasión al tener un interés financiero en los resultados.
La legalización de las apuestas deportivas también podría estar relacionada a un aumento en los casos de adicción al juego. Según el Consejo Nacional sobre Problemas de Juego (NCPG), aproximadamente 2 millones de adultos en EE.UU. cumplen con los criterios para una adicción grave al juego, y otros 4-6 millones tienen problemas de juego menos severos, pero significativos. Esto subraya la necesidad de programas de apoyo y educación para mitigar este riesgo.
También hay un impacto negativo en la desigualdad económica. Los apostadores que no tienen éxito pueden enfrentarse a pérdidas financieras significativas, afectando desproporcionadamente a las comunidades de bajos ingresos. Atlantic City, Nueva Jersey, es un ejemplo notable de esto. Conocida por sus casinos y actividades de apuestas, la ciudad ha experimentado graves consecuencias económicas y sociales debido al aumento de la ludopatía. Muchas familias han sido afectadas por la adicción al juego, con consecuencias devastadoras como la pérdida de viviendas, endeudamiento y ruptura de relaciones familiares.
La situación en Atlantic City destaca cómo los ingresos generados por las apuestas no han sido suficientes para compensar los problemas sociales derivados del juego problemático. Los efectos económicos adversos se han concentrado especialmente en las comunidades de bajos ingresos, exacerbando la desigualdad y perpetuando un ciclo de pobreza.
Casos recientes, como el escándalo que involucró a Shohei Ohtani y Jontay Porter, han puesto de manifiesto los peligros de la corrupción. Ohtani, una estrella de la MLB, y Porter, un prometedor jugador de la NBA, se vieron envueltos en un escándalo de manipulación de resultados que sacudió la confianza del público en la integridad de los deportes profesionales, y en el caso de Porter le costó la carrera al comprobarse su involucramiento en el caso correspondiente. Estos casos resaltan cómo la tentación de manipular resultados para obtener beneficios económicos puede comprometer la integridad de los deportes, y cómo la falta de una supervisión adecuada puede llevar a situaciones que dañan la reputación de atletas y ligas por igual.
Mientras que los beneficios económicos y el potencial de una mayor participación de los fanáticos son atractivos, los riesgos de corrupción, adicción y desigualdad no pueden ser ignorados. Es fundamental que cualquier movimiento hacia la legalización venga acompañado de estrictas regulaciones y medidas de protección para salvaguardar la integridad de los deportes y el bienestar de los individuos involucrados.
¿Deberían establecerse programas obligatorios de educación sobre el juego responsable para atletas y personal deportivo? ¿Es necesario fortalecer las sanciones para aquellos involucrados en actividades ilícitas relacionadas con las apuestas? Estos ejemplos no son aislados: en la NFL, el caso de Calvin Ridley, suspendido por apostar en partidos, y en la NBA, el escándalo de Tim Donaghy, el árbitro que manipuló partidos, evidencian que los intereses económicos frecuentemente toman un papel más importante que el bienestar de los jugadores y aficionados.
El afán de las ligas por capitalizar las oportunidades financieras de las apuestas deportivas puede socavar la confianza y la salud de quienes integran estos deportes. ¿Cual debe ser el enfoque equilibrado y responsable que permita maximizar los beneficios y minimizar los peligros de las apuestas deportivas? ¿Será que esto es solo un ejemplo más de como "Cash is King" y seguiremos viendo como marcas que pueden ser detrimentales para el bienestar del deporte y sus aficionados utilizan al deporte como escaparate? ¿Por qué apuestas sí y tabaco no? ¿Qué sigue... marcas o empresas de armamento?
Ojalá alguien encuentre pronto las respuestas a cómo regular esto... y ya veremos hasta donde llega el apetito de las ligas por seguir generando recursos y qué están dispuestos a sacrificar.
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