La vida se divide en tragedia y comedia y Jimmy Garoppolo es el rostro de la dualidad. De dar un buen juego ante su exequipo, Nueva Inglaterra, el quarterback de los Raiders terminó en el hospital tras una lesión en la espalda que lo hizo alejarse de la sufrida victoria de Las Vegas por 17-21 sobre los Patriots.
Todo iba bien para los Malosos hasta la primera mitad, con una ventaja de 10 puntos sobre los seis veces campeones de la NFL. Sin embargo, la lesión de Jimmy G, quien ya se había conectado con Jakobi Meyers para una anotación, marcó el renacimiento de los Pats hasta el punto de tener el triunfo en sus manos en la última serie ofensiva en el Allegiant Stadium.
El primer signo de que lo construido por Garoppolo estaba en riesgo fue el touchdown de Ezekiel Elliott y la muralla que construyó Bill Belichick para frenar al suplente Brian Hoyer.
El conjunto de la Ciudad del Pecado se conformó en la segunda mitad con dos goles de campo, pero hasta el final, tras permitir que Rhamondre Stevenson anotara, la defensiva volvió a despertar y frenó a Mac Jones en sus propias diagonales para definir el encuentro con un safety.
Ahora los Raiders, que se ponen con marca de 3-3, están a la espera de noticias sobre el estado de la espalda de Jimmy G. Del otro lado, los Patriots siguen construyendo una de sus peores temporadas bajo el mando de Belichick tras fichar su récord con un terrible 1-5.
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