Alejandro Molina Bortoni
Experto en psicología y desarrollo humano que trabajó con la Selección Mexicana durante el proceso de Ricardo La Volpe. Molina llevará los lectores todo lo relacionado a la psicología y el deporte.
Actitud de cambio frente al fracaso
México fracasó en el Mundial de Qatar 2022. Ya se ha dicho mucho en los medios sobre la necesidad de los cambios que atañen a los dueños de los equipos, la multipropiedad, los derechos de televisión, el formato de la Liga, el ascenso y el descenso, el número de extranjeros y las Copas en las que participamos con nuestra Selección. Hoy quiero reflexionar sobre las actitudes de cambio frente a un fracaso.
Humildad. Ejercer esta virtud para reconocer limitaciones y disposición para aprender. Evitar actitudes arrogantes sobre tener la verdad única. Esto implica espacios de diálogo inclusivo para escuchar todos los puntos de vista y ampliar la visión real del problema. Dicho de manera práctica, tener mesas de análisis, diría yo, abiertas para que todos sepamos hacia dónde se está llevando la discusión y de si se están escuchando todas las voces. Recibir retroalimentación, inclusive de lo que expertos de otros países ven en nosotros.
Sacrificio. El rompimiento de las inercias implica el cambio de liderazgos, beneficios económicos y formas de operar. Esto implica tomar las decisiones difíciles e impopulares que ayudarán a restablecer el camino, habrá muchos que perderán espacios e intereses que sienten como propios; ese es el punto de rompimiento a lograr. Hacer las cosas difíciles que no hicimos y que contribuyeron al fracaso. Cambio de rumbo. El cambio no es iniciar de cero; por supuesto que habrá muchos elementos que se han hecho bien y debemos conservar, pero lo que no debe hacerse, es continuar con las soluciones intentadas que no han funcionado, ni siquiera con más ahínco, lo cual sería contraproducente, perpetuando el problema. En el análisis de sistemas sociales y familiares, se establece claramente como una de las principales resistencias a vencer. Las hipótesis de éxito deben ser modificadas. Las creencias con las que se tomaron las decisiones no fueron las correctas.
Innovación y aplicación de prácticas probadas. Se puede innovar buscando soluciones totalmente nuevas, atreverse a buscar caminos inexplorados, pero también es necesario aprender de los mejores. Se debe obtener un análisis profundo de lo que otros hacen exitosamente para poderlo replicar.
Todo lo anterior debe estar basado en un propósito claro: El desarrollo de nuestros jugadores jóvenes. Las acciones y decisiones deben tener siempre en mente este punto central. ¿Cómo estamos generando experiencia de clase mundial a nuestros jóvenes? Debe haber evidencia contundente de lo que reciben las promesas del futbol mexicano con estas nuevas iniciativas. Iniciar acciones que, aunque duelan, nos darán la oportunidad de alcanzar el sueño deseado.
Estimados lectores y lectoras, ante un fracaso en nuestras vidas, retomemos estos cuatro puntos como elementos para la construcción de un futuro distinto. Reitero que no es más una situación de ganas, sino de un verdadero cambio de patrones que generen iniciativas distintas. Debemos incomodarnos profundamente para lograr el cambio. En cuanto a la actitud, debemos aceptar la realidad de los resultados, desesperarnos con la situación, enfocarnos con urgencia en un verdadero cambio visible y que nos entusiasme nuevamente. No podemos dejar de aspirar y creer que podremos hacerlo. ¡Vamos, México!