Julio César Chávez Jr. no sólo cumplió con el límite de peso para la pelea frente a Saúl Álvarez que era de 164.5 libras; el sinaloense estuvo media libra abajo causando el asombro de propios y extraños, despejando todas las dudas que se generaron sobre el cumplimiento de este requisito.
“Me siento muy bien, me siento listo para la pelea de mañana. La clave es la preparación que hemos hecho, el apoyo de toda la gente y esperamos hacer una gran pelea y vamos a ganar”, dijo el hijo de la leyenda.
El Junior fue el primero en subir a la báscula ante la ovación de la mayoría de los aficionados que hicieron una entrada espectacular en la Arena del MGM para ser testigos de la historia entre dos mexicanos que buscan dejar claro quien es el mejor en la actualidad.
Luego de que Chávez superara la romana subió Canelo, quien reflejaba una total confianza en el rostro y sin problemas marcó también 164 libras, mostrando un físico portentoso, trabajado y notablemente mejor que el de su rival, quien hace cinco años no rondaba cerca de las 160 libras.
“Me pone contento (que haya dado el peso) porque así vamos a darle una gran pelea a la gente. Aquí se ve lo que se preparó y me gusta para darla a la afición la pelea que se merecen”, dijo Álvarez.
Desde tres horas antes del la ceremonia de pesaje la afición hizo largas filas afuera de la arena, al tiempo que no pararon de apoyar a su favorito. Bandas rojas con el nombre de su boxeador favorito, banderas de México, sombreros y hasta el mariachi estuvieron presentes en el lugar para poner el sabor cien por ciento mexicano.
Posteriormente, Sául Álvarez pasó a la báscula y registró el mismo peso que su contrincante, las 164 libras pactadas para el combate.
Tras la ceremonia de pesaje, ambos peleadores se encararon para la tradicional foto.
