Aún no rodaba el balón y el nuevo Estadio Cuauhtémoc ya sufría el primero de sus contratiempos, toda vez que los uniformes del Puebla y el guardameta de Boca, Agustín Orión, eran del mismo color.
Los Camoteros saltaron al empastado con un uniforme negro con franja blanca, el cuál incluía camiseta, short y calcetas de la mista tonalidad, y a su vez, casi idéntico al presentado por el portero argentino.
El partido se retrasó durante varios minutos luego de que Roberto García Orozco, árbitro central, impidiera el arranque hasta que Orión cambiara su vestimenta, hecho que molestó al futbolista del conjunto visitante, quien suele usar su uniforme negro como una cábala.
Transcurrieron varios minutos hasta que el cancerbero decidió acudir al vestidor para reemplazar su camiseta; la elegida fue en un azul muy semejante al utilizado por el cuerpo arbitral, aunque el central decidió no volver a aplicar la norma con el mismo rigor.