Luego de seis días en la Ciudad de México, la gente sabía que era la última oportunidad para ver al Papa Francisco y miles salieron a las calles a darle la despedida porque ya no habría otra oportunidad durante esta visita, la quinta de un Papa católico a nuestro país.
Francisco también lo sabía y su comitiva circulaba un poco más lento que los demás días, era su despedida de la Ciudad por lo que escuchó mariachi antes de salir de la Nunciatura y luego se despidió de los chilangos.
Entre las notas de cielito lindo, porras como “melón y papaya, Papa no te vayas”, o “esta es la juventud del Papa” la gente esperaba el paso de Su Santidad, que aunque fueran unos segundos eran suficientes para hacer el esfuerzo de llegar a su encuentro.
Así lo hizo María del Carmen Sandoval que a sus más de 70 años llegó a las seis y media de la mañana a la valla ubicada en Insurgentes y Churubusco para ver pasar al Papa, “me vine sola desde la Colonia Juárez para ver al Papa, sin importar el frío, ni el dolor de las piernas”, dijo la señora que emocionada pedía a sus vecinos de valla que le pasaran las fotos por el Whats, porque ella no había podido capturar el momento, “sentí mucha emoción, valió la pena la desmañanda”, dijo la señora que se levantó a las 5:30 de la mañana para llegar en Metrobús.