Diego Armando Maradona fue tan importante en la vida del exfutbolista Pedro Monzón que el ahora técnico de Quilmes decidió tatuarse su rostro después de su muerte para llevarlo siempre con él.
Y es que es mundialista con Argentina en el Mundial de Italia 90 contó que el Pelusa fu relevante en su día a día en la cancha y fuera de ella, llegando a 'salvarle la vida' al evitar que se suicidara cuando las cosas no andaban bien.
“Tenía muchas ganas de suicidarme ese día, pero buscaba una excusa para no hacerlo. Por cobardía, supongo. Me había separado, tenía un local y vivía ahí. Tenía una sola silla, estaba mal económicamente, no tenía nada: apenas para comer", reveló Monzón en entrevista con TyC.
"Entonces le llamé pensando que no vendría. Eso me salvó la vida. En un momento difícil pensé ‘lo voy a llamar, si no viene, me mato’ ya tenía la pistola lista. A la hora llegó Diego y estaba dándome un abrazo”, apuntó el técnico.