La primera estación de servicio que la firma británica, British Petroleum (BP), inauguró en México fue en marzo en la sucursal de Ciudad Satélite, en el Estado de México.
Pero a tres meses de su apertura, cuatro de sus mangueras y despachadores de la misma estación, fueron inmovilizadas por la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) y de acuerdo con los sellos instalados, las irregularidades que se detecaron fueron: errores eléctricos y dispersión de las mediciones obtenidas en un instrumento de medición al realizar tres despachos de gasolina.
Posteriormente, la empresa informó que que sus expertos revisan y arreglan las mangueras afectadas y a través de un comunicado detalló que "como resultado de la verificación, se inmovilizó un dispensario de combustible con cuatro mangueras, por una falla en la batería de respaldo del sistema eléctrico de almacenamiento de información, misma que se está revisando para su adecuado funcionamiento".
Sin embargo, los sellos de suspensión que la Profeco colocó en la primera estación que British Petroleum instaló en nuestro país no han provocado desconfianza entre los automovilistas.
Afuera de la estación de servicio de Ciudad Satélite, se registran largas filas de vehículos, que en algunos casos esperan hasta 10 minutos para que les despachen combustible.
“Siento que la gasolina me rinde más cuando cargo aquí, por eso vengo desde Atizapán”, comentó uno de los conductores.
Durante un recorrido realizado por la Contra se pudo observar que alrededor de 40 automóviles formados.
Empleados del lugar tienen que organizar el acceso a la zona de bombas para evitar que los clientes afecten la circulación de los carriles laterales del Periférico. Trabajadores relatan que la sanción de Profeco no ha provocado que baje la afluencia de automovilistas.
El establecimiento cuenta con otras 16 bombas que se mantienen en servicio después de la inspección que realizó la Profeco y la Comisión Reguladora de Energía (CRE).