En un inusual giro de eventos, los seguidores de la banda británica Arctic Monkeys experimentaron un momento inesperado al concluir el concierto en el Foro Sol de la Ciudad de México.
A pesar de que la duración del espectáculo fue relativamente corta en comparación con otros, resultó ser ventajosa para aquellos que estaban abandonando el recinto al este de la ciudad. En un viernes por la noche, nadie anticipaba que la alarma sísmica se activaría.
El concierto ya había llegado a su fin, y miles de personas se encontraban en las calles circundantes al Foro Sol cuando la alarma sísmica sobresaltó a todos. Las bromas entre los asistentes, algunos ya afectados por el alcohol, no se hicieron esperar, pero en general, el público mantuvo la calma mientras esperaba sentir el movimiento telúrico.
Dentro del Foro Sol, la alarma nunca llegó a sonar, y el esperado temblor pasó desapercibido para los fanáticos que aún permanecían en el lugar. La situación fue similar en toda la ciudad, donde el sismo no tuvo repercusiones graves hasta ese momento.
La alarma duró entre 40 segundos y un minuto, y después de su finalización, los fans esperaron brevemente antes de continuar su camino a casa, algunos abrazándose, pero sin experimentar ningún temblor perceptible.