En los últimos años, hablar de los partidos entre Browns y Steelers representa una agonía para los aficionados del equipo de Cleveland.
Sin embargo, la historia no siempre fue así, ya que de los 133 encuentros que han sostenido estas dos franquicias, 58 han sido victorias para los 'cafés', pero una resalta más que todas y se quedará en la memoria de los fans de Pittsburgh.
Era la semana inaugural de la temporada de 1989, los Acereros, que en ese momento estaban en reconstrucción, recibían a los Browns en el Three Rivers Stadium y poco sabían que aquel día recibirían la peor paliza en su historia.
Desde el primer cuarto, las cosas no pintaban bien para los Steelers, debido a que su novato de primera ronda, Tim Worley, soltó dos balones que terminaron en touchdown para Cleveland, uno de ellos del apoyador David Grayson, quien en el último cuarto también regresó una intercepción hasta las diagonales.
Tan sólo en el primer periodo, el marcador ya era de 17-0 a favor de los Browns y para el descanso la ventaja creció 30-0, luego de otros dos goles de campo y un touchdown por la vía terrestre de Tim Manoa.
Los otros 21 puntos se dieron gracias a dos acarreos, uno de Manoa y uno de Mike Oliphant; además del 'pick-six' de Grayson.
La actuación de la defensa de Cleveland fue tan dominante que forzaron ocho intercambios de balón, tres resultaron en anotación, y capturaron en seis ocasiones al quarterback de Steelers, Bubby Brister.
Pese a la pesadilla que vivieron el 10 de septiembre de 1989, la temporada de los Steelers no se fue a la basura desde ese punto, pues terminaron con récord de 9-7 y clasificaron a Playoffs luego de cuatro años de sequía.
