El polémico fichaje de Oribe Peralta de América a Guadalajara parece tener un símil con algo sucedido también en la Perla Tapatía en 2013, pero hay que cambiar los tonos al rojo y el negro.
En 2013, Tomás Boy, siendo técnico de los Zorros, solicitó a su directiva la contratación de un goleador de experiencia, probado en Primera División para afrontar una campaña que sería dura porque tenían que afrontar la lucha por no descender, solo que el futbolista solicitado por el 'Jefe' contaba con un pequeño 'defecto': se trataba de un histórico del Guadalajara. Su nombre, Omar Bravo.
Si bien Bravo no llegó al Atlas directo de Chivas sino de Cruz Azul donde estaba prestado el torneo anterior, su identificación rojiblanca era total.
“Yo soy un profesional”, dijo Omar Bravo cuando fue presentado con el Atlas.
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El mochiteco arribó a La Madriguera con 33 años envuelto en críticas y hasta amenazas de la afición del Atlas por su origen en el Rebaño, pero con la confianza de Boy de que le sería de utilidad.
"Es comprensible, la afición está en su derecho de manifestarse, y más sabiendo que se trata de un jugador que en el pasado vistió la camiseta de tu acérrimo rival, pero creo que cuando empiece a colaborar con goles, con sacrificio, la situación va a cambiar y se ganará el respeto de nuestros seguidores", señaló Víctor Flores Cosío, entonces directivo de los Zorros.
Bravo siempre contó con el respaldo de Boy, quien lo blindó ante todos los misiles que le enviaron a su '9'. Y Omar, a cambio, le respondió con goles.
Ahora, Oribe Peralta y Chivas vivirán lo mismo que Omar Bravo. El Hermoso llega al Rebaño a solicitud de Boy y en un año futbolístico en el que pelearán por no descender. Porque el rechazo de la afición rojiblanco hacia el exazulcremas que les festejó cinco goles, ya comenzó.
