La temporada 1984-1985 pasó a la historia por uno de los momentos más polémicos en la rivalidad entre Pumas y América, misma que elevó a la categoría de Clásico este choque, debido al trabajo del silbante Joaquín Urrea en el tercer partido de desempate de la Final.
Fueron tres partidos los que azulcremas y auriazules jugaron. La Ida en el Estadio Azteca (1-1); la Vuelta en CU (0-0) y el duelo definitivo en el Corregidora que los de Coapa ganaron 3-1 para sellar su quinto título.
Sin embargo, la que fue la primera Final entre dos de los llamados ‘grandes’ del futbol mexicano fue empañada por las polémicas decisiones en el tercer partido del central Urrea, quien dejó mucho que desear.
El ‘show’ del árbitro empezó desde el minuto 11, cuando sancionó como penalti un remate de cabeza de Tena, el cual Félix Cruz detuvo con la mano dentro del área felina. Brailovsky se encargó de convertir la pena máxima a favor de las Águilas para abrir el marcador.
No obstante, Urrea aplicó un criterio distinto en una jugada similar que se suscitó minutos después en el área del América, donde el propio Alfredo Tena cometió una mano que no fue marcada a favor de Pumas.
Este hecho desató la furia del cuadro felino que se volcó al frente en busca del tanto del empate.
Pero pagaron cara su hambre contra unas Águilas que supieron leer el partido y con una táctica inteligente a base de contragolpes mataron las ilusiones universitarias.
De la mano del segundo tanto de Brailovsky, quien superó la salida de Espinoza tras un centro de Bacas al 51’, y Carlos Hermosillo, en una descolgada que inicio el Ruso, para definir por encima del portero al 78’, los azulcremas bordaron su quinta estrella, pese al tanto para el descuento de los auriazules, luego de un obús del Tuca Ferretti que desvió Vinicio Bravo cinco minutos antes del gol que selló el marcador.