Desde su arribo al Olímpico Universitario, las cosas para Mario Carrillo siempre fueron difíciles. La afición universitaria no perdonó su pasado como entrenador del América y desde un inicio se lo hicieron saber.
A pesar de contar con el apoyo de la directiva, en aquel entonces bajo el mando de Alberto García Aspe, el estratega poco pudo hacer para la causa auriazul, pues en apenas ocho encuentros dirigidos, el Capello solamente conoció la victoria en tres ocasiones, empató en una y probó la derrota en otras cuatro oportunidades.
La mala relación que tuvo con algunos de los integrantes del vestidor universitario y la inconformidad de la afición por su pasado azulcrema, detonaron un ambiente hostil en el seno de los Pumas, que a la postre cobraría factura en el Clásico capitalino contra las Águilas, el cual perdieron por un tanto en contra del argentino azulcrema, Daniel ‘Rolfi’ Montenegro, lo que detonó la salida del técnico.
Al finalizar el cotejo, a Mario le aventaron de todo desde la tribuna del Palomar en su camino al vestuario, y tuvo que ser escoltado por policías, quienes con sus escudos impidieron que el timonel fuera agredido físicamente, aunque verbalmente no pudieron evitar cubrir la furia.