Incrustado en el corazón del Barrio Bravo de Tepito, rodeado por cientos de puestos ambulantes y con la Parroquia de San Francisco de Asís como acompañante eterna, ahí se encuentra el Maracaná de la Ciudad de México.
Aunque pareciera temerario llegar al mítico recinto por la mala fama que puede sentenciar a la zona, dentro del complejo deportivo se respira un ambiente de paz, unión y armonía.
El trabajo conjunto de los vecinos, jugadores y el Coordinador de la Liga, Salvador Antonio Gómez, a quien sus amigos llaman 'Bebé', y Mario Romero Parra, administrador del deportivo, ha logrado que se recupere una cancha que hastahace poco estaba en abandono.
TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR: JORGE PENICHE, EL PROFESOR UNIVERSITARIO QUE VIVE DEL FUTBOL
"Tuvimos que lidiar, negociar y aprender a tratar a la gente. En año y medio que estoy aquí el respeto que tengo de los vecinos es grande, me han apoyado. Antes tú veías a decenas de personas drogándose y ahora ya se erradicó”, recuerda Romero Parra.
El 'Bebé' es otro protagonista del nuevo Maracaná que ahora cuenta con un torneo bien establecido con 16 equipos, que juegan dos campeonatos al mismo tiempo: Liga y Copa.
“Hace nueve meses llegué y recuperamos la cancha que estaba en abandono total, no tenía reglas, se hacían cascaras y prácticas, pero nada establecido. Es un orgullo administrar el torneo porque yo soy de aquí, de los que amamos el deporte y el futbol, y dos generaciones mías atrás también coordinaron este mítico estadio”, afirma.
Hay otra mística, se juega por el orgullo, no hay dinero ni en inscripciones ni en premios, porque al final del día los tepiteños juegan por el amor al deporte, es el futbol en su estado más puro.
“Se juega en el barrio por el orgullo, por la gente y la familia. Se hace por amor al deporte. Se siente mejor meter un gol en esta cancha, porque toda la gente te saluda”, dice Brayan Zepeda, jugador del América Huerta.