El Real Madrid, rey de Europa con doce título conquistados y los dos últimos de forma consecutiva, inicia un nuevo camino a la historia con el reto de ser el primer club que firma tres éxitos seguidos, con un estreno a priori plácido en el Beranbéu para cambiar su mala dinámica liguera, ante el APOEL.
Dos empates del Real Madrid en La Liga Santander, seguidos y ambos además en el Santiago Bernabéu, frenaron la euforia del madridismo y el sentimiento de imbatible que se respiraba tras la conquista de las dos Supercopas en verano. Valencia primero y un recién ascendido como el Levante tras el parón de selecciones, han bajado a la tierra al equipo de Zinedine Zidane.
En un bache inesperado y tempranero, las rotaciones masivas de Zidane, el juego y la ausencia de un refuerzo en la zona del 9 tras la marcha de Álvaro Morata y Mariano centran el debate. Zidane lo encara manteniendo firme la idea de rotar para hacer a todos sus jugadores partícipes en una larga temporada y con la seguridad de una rápida reacción.
El APOEL tiene el peor de los recuerdos del Real Madrid, el equipo que le hizo despertar del sueño en su mejor aventura en Liga de Campeones. Hace cinco años le vapuleó en cuartos de final con un total de 8-2 en la eliminatoria.