El frío y la lluvia se adueñaron de Majadahonda, la coqueta ciudad en la que no sólo tiene sede el predio en el que entrena el Atlético Madrid, sino que, además, reside Diego Pablo Simeone con su bella novia, Carla. A pocos kilómetros de Madrid, la pareja está instalada en un exclusivo barrio que parece sacado de un cuento de hadas. El técnico del Atleti no suele recibir a la prensa en su morada, pero hizo una excepción con RÉCORD y, mate mediante, soltó la lengua sin poner condiciones. “Este mes (febrero) se cumplen 10 años de mi rol como entrenador. Con un paso de sólo seis meses sin entrenar.
“El recorrido de situaciones diferentes han sido bastantes. Mi paso por Catania fue muy bueno para verme en situación distinta a la de San Lorenzo, River, al Racing o Estudiantes. Y ahora, hace cuatro años y pico que estoy pasando un gran momento con Atlético de Madrid donde la continuidad y el buen momento de los jugadores nos hace protagonistas”, aseguró el Cholo, con mirada profunda y voz firme.
-Con todo lo dicho, ¿En qué momento de tu carrera te encuentras?
En un momento de aprendizaje, como siempre. Me sucedió como futbolista, y me sigue sucediendo como entrenador. Esta carrera es un aprender continuo. Me siento bien, con mucha energía, contento del lugar en que me encuentro. Encontré futbolistas que responden muy bien lo que le exigimos y eso hace que podamos competir muy bien. Mi llegada al Atlético Madrid fue de menor a mayor, siempre de manera ascendente y eso nos posiciona para seguir compitiendo.
-No es común en el futbol de hoy, tan exigente y vertiginoso, que un entrenador perdure.
Yo siempre digo que para que un entrenador esté tanto tiempo en su puesto es por eso que te dije recién si no no se puede perdurar.
-¿Atleti es tu lugar en el mundo?
(Piensa) Es mi lugar ahora. En mi carrera he sido un poco nómada porque desde los 20 años que estoy viajando y jugado en distintos lugares inclusive del futbolista al entrenador. Yo siempre digo que el lugar en el mundo de uno es donde uno se siente bien. Uno puede estar en un lugar maravilloso y sentirse mal y evidentemente ése no es tu lugar en el mundo. Personalmente me siento bien, por ende estoy muy contento en el lugar en que me encuentro.
-El futbol es un eterno antagonismo. Menotti vs Bilardo, Pep vs Mou. ¿De qué lado está el Cholismo o es una nueva y tercera rama?
Estas cuestiones sirven para nada, engrandecer el trabajo de estos entrenadores. También para buscar polémica acerca de diferentes maneras de jugar al futbol sobre todo de apostar por lo que uno cree. Yo creo que las dos versiones son fantásticas porque cada uno tiene su visión, cada uno detrás de lo que quiere. Lo que está claro es que ninguna es mejor que la otra. Mi estilo, mi idea siempre se trata de potenciar al futbolista que te toca. No soy de los que quieren llevar una idea futbolística. Porque para llevar esa idea futbolística posiblemente se pueda representar en la selección argentina, por ejemplo, o en otra selección.
-Pero para dirigir una selección, hoy en día, debes limitarte a ser seleccionador. Los tiempos de trabajo transforman a los entrenadores en simples seleccionadores.
En cuanto al estilo de juego, uno puede imponerlo en una selección, donde vos justamente puedes elegir a los jugadores para exponer el futbol que vos querés. En los equipos es más difícil porque ya hay futbolistas contratados, o que no fueron elegidos por vos. Con el tiempo ese jugador se puede ir adaptando lo que vos querés. Pero hoy un entrenador de un equipo debe ir detrás de los jugadores que tiene y no siempre son todos los que quiere. Está claro que si tienes a los jugadores del Barcelona, no vas a jugar como lo harías con los jugadores del Inter. Porque básicamente son diferentes jugadores. Voy más atrás de los jugadores que del sistema cuando se trata de equipo.
--Pero así puedes elegir a tus jugadores, algo relativo porque eliges con un abanico acotado también, tampoco tienes un tiempo para desplegar a placer lo que quieres demostrar en un campo de juego.
Sí, obvio porque los tiempos no te dan para poder exponer en los entrenamientos la idea que uno tiene. Justamente es más seleccionador de ideas y el momento de cada uno. En base a eso, al momento de cada uno de los jugadores, transmitirles la idea, que lo asuma y pueda responder de la manera esperada. Yo creo que eso se logra. Sin ir más lejos mira la selección de Chile de Sampaoli. Con mucho tiempo de trabajo pudo marcar un estilo. Porque volviendo a esta eterna y buena discusión de si Menotti o Bilardo, Mourinho o Guardiola sirve más para polemizar que como debate de ideas real.
¿Cuál es la idea del Cholismo entonces?
La de ganar. No conozco otra. Y se siga intentando buscar exponer en el campo de juego las mejores características erísticas de cada uno de los jugadores para llegar al objetivo que tiene este juego que es lisa y llanamente: ganar.
¿Cómo te defines como entrenador? ¿Eres así de obsesivo como parece?
(Risas) Trabajador. Tengo en cuanto a lo grupal un cuerpo técnico importante, que está claro que lo que nos pasó no es casualidad. Más allá de los buenos futbolistas que hemos tenido. También me defino como muy transparente de lo que hacemos. Somos muy claros: lo que me gusta, me gusta y lo que no, tampoco. Lo que a mí me gusta, se nota enseguida. A mis jugadores trato de transmitirles sentimientos sobre lo que es jugar a la pelota. Trato de hacerles entender que el futbol va más allá de jugar bien o no a la pelota. Transmito sentimiento, competencia, sentido de pertenencia, fidelidad por una situación de grupo. Ésas cosas son las que no se ven pero a la larga dejan una marca en los futbolistas. Porque el talento lo tienen. Porque cuando juegan en equipos buenos, normalmente el talento lo tienen. Solamente jugar bien a la pelota no alcanza.
Recién hiciste referencia al sentido de pertenencia. ¿No es una utopía en el futbol de hoy?
Es cierto que hoy es más difícil porque los futbolistas pasan menos tiempo en sus equipos y cuando se logra esa situación empieza a reflejarse. Yo creo que se puede ayudar porque con futbolistas del lugar, teniendo gente que trabaje en el club, que sea del lugar se empieza a contagiar en el sentido de pertenencia. También se refleja en la gente que viene. Un buen ejemplo sucedió en mi época de Juventus. En aquel momento se iban los buenos, pero los regulares o los que equilibraban la estructura del equipo siempre estaban y esos fueron los que hicieron sostener el sentido de pertenencia, no los cracks. Los mejores iban, salían, entraban, pero los que sostenían el sentido de pertenencia eran otros: si son los mejores, excelente.
