La Fiscalía portuguesa abrió este lunes una investigación sobre los cánticos e insultos racistas dirigidos contra el jugador del Porto Moussa Marega durante el partido que enfrentó a los Dragones contra Vitória Guimarães.
La apertura de la pesquisa está a cargo del Departamento de Investigación y Acción Penal (DIAP) de Guimarães, en el norte de Portugal.
El jugador abandonó el partido en el minuto 71 después de recibir insultos racistas de una parte de la grada, que le gritó "macaco" y "chimpancé".
El episodio desencadenó una cascada de reacciones en Portugal, desde el mundo del deporte a las altas autoridades de la política, que criticaron lo ocurrido y mostraron su apoyo al futbolista.
El presidente de la Federación Portuguesa de Futbol, Fernando Gomes, emitió un comunicado de repudio en el que aseguró que hará "todo para que los aficionados que no respetan el futbol queden definitivamente en la puerta de los estadios".
El presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, declaró por su parte que "el pueblo portugués sabe, incluso por experiencia histórica, que el camino del racismo, de la xenofobia, y de la discriminación, además de representar la violación de la dignidad de la persona humana y de sus derechos fundamentales, es un camino dramático en términos de cultura, civilización y paz social.
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