Manchester City y Chelsea, Sub-Zero y Scorpion, diferentes maneras de entender los combates, pero con la misma efectividad garantizada.
Los dos ingleses se enfrentan en la Final de la Champions League, una batalla digna del mejor Mortal Kombat.
El City es como Kuai Liang, no necesita una armadura para pelear, porque su ataque es, en sí, el mejor escudo para hacerlo.
El Pep Guardiola que antes basaba toda su ofensiva en toques cortos ahora sea ha transformado y, como el guerrero al que hoy representa, ha añadido una fuerza física espectacular a su variedad de recursos. Ya no necesita llegar al área y meterse al arco rival con puros pases, ahora puede engañarlo y liquidarlo con disparos desde fuera del área. Si hoy tiene ocasiones de ganar la Champions, es gracias a la gran evolución que ha conseguido en los últimos años.
Sin embargo, si hay alguien que puede vencerlo en un duelo de poder a poder es el Chelsea, que como Hanzo Hasashi sabe que la mejor manera de combatir al hielo es con el fuego más caliente que se recuerde. Esto tiene mucho que ver con la gran velocidad de sus ataques.
Como Scorpion, el Chelsea tiene dos espadas, una en cada costado, que tienen la capacidad de atacar al doble de rápido a su contrincante.
Sabe usar muy bien las armas arrojadizas y eso le permite plantarse en el área rival con muy pocos toques. Además, cuando parece que se está quemando dejándole el balón al rival, en realidad se está fortaleciendo gracias a la gran resistencia a los golpes que tiene su cabeza (Mendy) y preparándose para romper con el contraataque más letal que se haya visto.