Alpinistas de Guanajuato, ante el reto más peligroso

Laura y Yuri, en conferencia de prensa
Laura y Yuri, en conferencia de prensa
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JOCELIN FLORES
JOCELIN FLORES
| 03 Mayo, 2016

En 2004, Yuri Contreras y Laura González hicieron su primer ascenso juntos en el Pico de Orizaba. Doce años después, buscarán conquistar el K2, en la cordillera del Karakórum en el Himalaya Pakistaní.

La pareja de montañistas más exitosa de América Latina comenzará la expedición a la cima más peligrosa del mundo el 10 de junio, y espera la ventana de buen clima para ascender a la cumbre a partir de la tercera semana de julio.

“Tenía tres meses de conocerlo (a Contreras), él era mi maestro de remo bajo techo e invitó a un grupo a que fuéramos al Pico de Orizaba; terminamos yendo dos nada más. Ahí me enamoré de los dos: de Yuri y de la montaña”, recordó González.

De lograr la cumbre, Laura se convertirá en la primera mexicana y montañista del continente americano en alcanzar la hazaña.

Durante ocho años, los alpinistas guanajuatenses han conquistado montañas de más de 8 mil metros, entre las cuales destaca el Everest. Su aventura más reciente fue el 16 de julio pasado al Monte Gasherbrum II, en Pakistán, donde inició la preparación para el K2.

Aún con la experiencia y preparación física y psicológica, Laura admitió que el miedo a morir en la montaña se presenta en cada ascenso.

“En la montaña he tenido dos problemas muy grandes. Uno fue en 2011, que fue en el ataque a la cumbre en el Shisha Pangma, la decimocuarta montaña más alta del mundo, y me dio edema cerebral, y aun con el edema alcancé la cumbre.

“Ese momento fue de los más duros que he vivido y el otro fue en el Cho Oyu, otro ocho mil; es una de las montañas más frías del planeta y ahí se me congelaron los dedos de los pies. Son miedos a no poder bajar, a no poder regresar. Esos dos momentos fueron muy duros en la montaña”, relató.

Contreras se convertirá en el tercer mexicano en intentar la cumbre. En 1993, Carlos Carsolio conquistó la montaña, mientras que en 1991, Adrián Benítez falleció en la expedición.

“Nuestro seguro de vida son nuestros hijos, por ellos subimos, por ellos regresamos. Una cumbre no está completa hasta que estemos nuevamente aquí abrazando a estos dos chamacos”, subrayó Laura.

 

 

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