Suecia, con goles de Forsberg, Lustig y Guidetti, se deshizo sin problemas de una disminuida y gris Gales, en la que Gareth Bale solo jugó la última media hora, en la última prueba de ambas selecciones antes de la Eurocopa de Francia.
El modesto conjunto británico, por primera vez en un gran torneo desde 1958, firmó un partido discreto, lastrado por las ausencias por problemas físicos de tres titulares -Ledley, Allen, Robson-Kanu- y por la decisión del seleccionador galés, Chris Coleman, de reservar al jugador del Real Madrid para los minutos finales.
Bale, que entró cuando el partido ya estaba muy cuesta arriba y Suecia se dejaba ir, le dio algo de presencia en ataque a Gales, que a pesar de tener más la pelota en la segunda parte, no dispuso de ninguna ocasión clara en todo el partido.
Con su equipo de gala, Suecia se agarró a "Ibra", que ejerce de organizador, de rematador y de lo que le apetezca.
El 1-0 fue medio gol suyo. Se llevó a dos defensas con un control exquisito y luego tuvo paciencia y visión para encontrar al borde del área a Forsberg, que colocó el balón junto al palo.
Tan cómoda se encontró la estrella sueca que empezó a tirar caños y a hacer otras florituras, antes de ser sustituido. Para entonces Suecia, que avisó antes con una vaselina de Berg, ya había hecho el segundo en un córner, con Lustig rematando a la tercera ocasión ante la pasividad de la defensa rival.
El partido fue perdiendo fuelle con el carrusel de cambios. Gales presionó más, pero nunca pareció cerca de inquietar a Suecia, y la última media hora solo sirvió para que el delantero del Celta John Guidetti hiciera su primer gol con la selección absoluta y cerrara la goleada tras dejar en evidencia a Williams.
La goleada sueca quedó ensombrecida sin embargo por las dudas sobre el estado físico del portero Isaksson, sustituido al descanso por un problema lumbar.
