La desarrolladora española MercurySteam, junto con el legendario diseñador y director Yoshio Sakamoto, nos traen una nueva entrega de una de las franquicias más queridas de Nintendo, que pone fin a un capítulo de la vida de Samus Aran que hemos seguido desde la primera entrega lanzada en 1986.
La historia inicia poco después de los sucesos vistos en Metroid Fusion, juego que salió en el 2002 para el Game Boy Advance. Por fortuna el título inicia contando lo sucedido anteriormente para todos los nuevos jugadores (o los que no lo recuerdan debido al paso del tiempo).
Un misterioso video muestra un Parásito X vivo en el planeta ZDR, por lo que la Federación Galáctica manda a 7 robots E.M.M.I. a investigar, pero al llegar al planeta pierden contacto y es trabajo de nuestra cazarrecompensas favorita descubrir qué sucedió, ya que es la única persona inmune a los Parásitos X.
Como ya es tradición en los juegos de Metroid, al iniciar perderemos la mayoría de nuestras habilidades, esto debido a un enfrentamiento con un misterioso y muy poderoso enemigo. Deberemos de recorrer los diferentes biomas del planeta ZDR recuperando nuestros poderes y obteniendo las nuevas habilidades que nos presenta el título.
El control de Samus es exquisito, regresan la mira libre para apuntar en 360° y el poder contraatacar algunos ataques enemigos si se ejecuta un golpe en el momento preciso, habilidades que vimos en el remake para 3DS, Metroid: Samus Returns, también desarrollado por MercurySteam.
Este mismo contraataque será pieza clave, sobre todo en enfrentamientos contra jefes ya que al realizarlo en ciertos ataques se activará una cinemática jugable que permitirá mermar la vida del jefe de manera más efectiva.
El gameplay es rápido y lleno de acción. Cuando obtienes una habilidad nueva, el juego te obliga a usarla de manera constante para generar memoria muscular y que en el futuro puedas reaccionar de manera inmediata a los nuevos retos. Al llegar al final del juego te sorprenderás de la cantidad de acciones que puedes realizar.
Los ya mencionados E.M.M.I. serán nuestro principal dolor de cabeza a lo largo del juego, son enemigos que patrullan una zona específica del mapa y a los que no puedes enfrentar por métodos tradicionales, si uno te atrapa es casi sinónimo de muerte instantánea. Estas secciones son de lo mejor que ofrece esta entrega, ya que cada una se diseñó con rutas de escape y escondites específicos que deberás aprovechar al máximo si quieres salir con vida.
El término “Metroidvania” no es en vano, y es que estas dos franquicias (Metroid y Castlevania) fueron pilares en establecer un género. Metroid Dread sigue la tradición de ser un exponente del mismo: su mundo está lleno de vida por todos lados, cada escenario se siente que fue diseñado de manera meticulosa para recorrerlo en base a las habilidades desbloqueadas y te hace regresar a abrir nuevos caminos cuando obtengas nuevas; además visualmente cada zona es un espectáculo al ofrecer detalles tanto en el fondo como en el plano de juego.
La animación es uno de los puntos más fuertes del título, los movimientos de Samus son fluidos y la manera de interactuar con el entorno fue trabajada con mucho detalle. El juego está lleno de cinemáticas increíblemente trabajadas, renderizadas en el propio motor gráfico del juego y que llenan de personalidad a la casi siempre inexpresiva Samus Aran.
La mezcla de audio es uno de los mejores trabajos que hemos visto en la híbrida de Nintendo, aunque lamentablemente la banda sonora se queda corta en comparación con el resto de los aspectos técnicos. El juego está doblado en su totalidad al español latino.
Los fanáticos de la franquicia quedarán fascinados con este título, y los nuevos jugadores tendrán una de las mejores entradas posibles a la franquicia. Esperamos no tener que volver a esperar 20 años por otra entrega de esta calidad.
Metroid Dread no viene a reinventar la fórmula, pero la eleva a un nivel que será difícil de superar.
CALIFICACIÓN RÉCORD: 9.5