Darío Verón es ícono de la UNAM y un consentido de la afición universitaria, prueba de ello, es la idolatría de los fanáticos felinos por el paraguayo.
Este fanatismo llegó a un nuevo grado este miércoles, cuando el defensor tatuó una rúbrica con su número en el brazo de un aficionado.
Tras la acción el seguidor presumió feliz su autógrafo, diferente a los ofrecidos con anterioridad por Verón, el cual podrá mostrar en su 'piel dorada' hasta el final de su vida.