Vincenzo Taraborelli ha tenido que aprender a vivir en compañía del ‘demonio’, pues sus labores cotidianas lo han obligado a realizar exorcismos a hombres y mujeres que pierden el sentido por una supuesta posesión paranormal. A veces atiende a 30 personas en un sólo día.
Sin embargo, la mayor preocupación de este sacerdote no son las apariciones infernales, sino la falta de ganas que presentan los párrocos más jóvenes por este tema, pues argumenta que ya nadie se siente atraído por tratar con personas en condiciones aterradoras.
El temor a ser asesinados por supuestos entes satánicos merman las ganas de los curas a incursionar en este rubro, situación que pondría en riesgo al mundo, ya que: “de no haber padres exorcistas, el diablo se apoderaría del mundo”.
Taraborelli relata que uno de los casos más notables que ha atendido fue el de una mujer a quien trató durante 13 años.
“Un satanista, la quería con él, pero como ella se negó, éste la amenzó y lanzó hechizos para atraerla... La chica me buscó y empecé a rezar, pero soltaba insultos, blasfemias; estaba poseída”, contó el sacerdote.
El rito avanzaba, pero la mujer cada vez se sentía peor, relata el padre: “Cuando le dije al demonio: ‘En nombre de Jesús, te ordeno que te vayas’, empezó a vomitar alfileres, también vomitaba trenzas de pelo, piedras, madera... Suena incréible, pero así fue”, dijo don Vincenzo, al mostrar su habitación.