Milicianos palestinos en la Franja de Gaza llevaron a cabo el sábado una infiltración sin precedentes en el sur de Israel, enviando combatientes a través de la frontera y disparando miles de cohetes hacia el país, mientras el grupo militante Hamas anunciaba el inicio de una nueva operación.
El ejército israelí puso al país en alerta de guerra y comenzó a atacar objetivos en Gaza en respuesta, preparando el escenario para lo que probablemente sería una nueva ronda de intensos combates entre los enemigos acérrimos. En una grave escalada, las salvas de cohetes disparadas desde Gaza hicieron sonar las constantes sirenas de ataque aéreo hasta el norte de Jerusalén.
El escurridizo líder del ala militar de Hamas, Mohammed Deif, anunció el comienzo de lo que llamó "Operación Tormenta Al-Aqsa". "Hoy el pueblo está recuperando su revolución", dijo en el mensaje grabado, mientras pedía a los palestinos desde Jerusalén Este hasta el norte de Israel que se unieran a la lucha y "expulsaran a los ocupantes y derribaran los muros".
"Debemos prender fuego a la tierra bajo los pies de los ocupantes", dijo, afirmando que Hamas había disparado más de 5.000 cohetes contra Israel.
La oficina del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, dijo que convocaría a su gabinete de seguridad para discusiones urgentes. La escalada se produce en un momento delicado para su gobierno de extrema derecha, ya que las protestas contra el plan profundamente divisivo del gobierno para reformar el poder judicial se han extendido incluso dentro de las filas del ejército.
La operación, que se produjo en la principal festividad judía de Simjat Torá, tomó a Israel con la guardia baja, lo que trajo recuerdos de la guerra de 1973 en la que los enemigos de Israel lanzaron un ataque sorpresa en Yom Kippur.
Ciudades y pueblos en el sur de Israel se vaciaron mientras el ejército cerraba carreteras cerca de Gaza y millones de israelíes se apresuraban a refugiarse en refugios antiaéreos mientras las sirenas antiaéreas sonaban en lo alto. En el kibutz de Nahal Oz, a solo 4 kilómetros (2,5 millas) de la Franja de Gaza, los residentes aterrorizados que estaban acurrucados en el interior dijeron que podían escuchar disparos constantes que resonaban en los edificios.
El ejército dijo que los residentes cercanos a Gaza deberían permanecer en sus casas debido a la infiltración.
Israel ha construido una enorme valla a lo largo de la frontera de Gaza con el fin de evitar infiltraciones. Se adentra en las profundidades del subsuelo y está equipado con cámaras, sensores de alta tecnología y tecnología de escucha sensible. La infiltración marcó un gran logro —y una escalada— por parte de Hamas.
El sonido de los cohetes que salían zumbando por el aire se podía escuchar en Gaza y las sirenas aullaban en Tel Aviv y Jerusalén durante un bombardeo matutino que duró más de dos horas. La agencia de rescate israelí Magen David Adom dijo que una mujer de 70 años resultó gravemente herida cuando un cohete impactó en un edificio en el sur de Israel. Por otra parte, un hombre de 20 años resultó levemente herido por metralla de cohetes, agregó.
Los lanzamientos se produjeron después de semanas de crecientes tensiones a lo largo de la volátil frontera de Israel con Gaza y de intensos combates en la Cisjordania ocupada por Israel.
Israel ha mantenido un bloqueo sobre Gaza desde que Hamas, un grupo militante islámico que se opone a Israel, tomó el control del territorio en 2007. Los acérrimos enemigos han librado cuatro guerras desde entonces. También ha habido numerosas rondas de combates menores entre Israel y Hamas y otros grupos militantes más pequeños con sede en Gaza.
El bloqueo, que restringe la circulación de personas y bienes dentro y fuera de Gaza, ha devastado la economía del territorio. Israel dice que el bloqueo es necesario para evitar que los grupos militantes acumulen sus arsenales. Los palestinos dicen que el cierre equivale a un castigo colectivo.
Las tensiones también se han extendido a Gaza, donde activistas vinculados a Hamas realizaron manifestaciones violentas a lo largo de la frontera israelí en las últimas semanas. Esas manifestaciones se detuvieron a finales de septiembre tras la mediación internacional.
