Hace algunos días las calles de Nueva York fueron testigo de una peculiar escena: una estatua desnuda y con patas de cabra de Hillary Clinton, candidata por el Partido Demócrata a la presidencia de los Estados Unidos, apareció a las afueras de un museo en Manhattan.
Como pasó hace unos meses con una escultura de Donald Trump desnudo que invadió ciudades como Los Angeles y Miami, llegó el turno de la esposa del expresidente Bill Clinton.
La singular figura, que estaba ubicada cerca de la estación del metro Bowling Green, causó gracia entre la mayoría de los habitantes y visitante de una de las ciudades más importantes de los Estados Unidos, aunque para otras cuantas resultó ofensiva.
La estatua, hecha por Anthony Scioli, fue retirada por al policía, previo a eso una empleada del museo derribó la escultura causando una pequeña pelea en el lugar.