Los escombros del helicóptero que se estrelló el mes pasado, pereciendo Kobe Bryant, su hija y otras siete personas no muestran evidencia visible de una falla mecánica, informó el viernes la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte.
Bryant murió el 26 de enero, cuando el helicóptero que lo transportaba junto con su hija de 13 años Gianna y las otras siete personas se estrelló contra la ladera de una colina en la localidad californiana de Calabasas. Los pasajeros se dirigían a un torneo de basquetbol juvenil en la academia Mamba Sports, propiedad del basquetbolista retirado. El equipo de Gianna era entrenado por Bryant y competía en el torneo.
La NTSB (siglas en inglés de la entidad federal) investiga el siniestro, incluyendo si una espesa neblina pudo incidir. El informe definitivo debe tardar al menos un año.
Un testigo dijo a la NTSB que el helicóptero volaba hacia adelante y descendente en medio de la neblina antes de estrellarse en la ladera. El testigo dijo que vio el helicóptero uno o dos segundos antes del impacto en la ladera.
El panel de instrumentos del helicóptero quedó destruido tras el impacto y la mayoría de los artefactos se salieron de lugar, según la más actualización de la investigación por parte de la NTSB. Los controles de vuelo quedaron rotos y sufrieron daño por fuego.
Los investigadores sospechan, tras avistar que una rama de árbol en el sitio fue cortada, que los motores funcionaban y que los rotores giraban al momento del impacto.
El reporte dado a conocer el viernes fue meramente informativo y no reveló hallazgos sobre lo que causó el siniestro. Las muertes de las víctimas fueron atribuidas a fuertes traumatismos, según la oficina forense del condado de Los Ángeles.
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