Jiménez suma 90 minutos y derrota con Benfica

Raúl Jiménez, controla balón en juego contra Sporting
Raúl Jiménez, controla balón en juego contra Sporting
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AP
EFE
| 25 Oct, 2015

Raúl Jiménez, delantero mexicano del Benfica, jugó los 90 minutos en el juego que su equipo perdió por goleada 0-3 contra el Sporting Lisboa.

El Estadio de la Luz recibió a sus jugadores con sus mejores galas, una enorme pancarta que rezaba: "Nada ni nadie es mayor que el Benfica".

En el minuto 9, el Adrien aprovechó una pérdida de balón de André Almeida para enviar un pase al corazón del área, donde el colombiano Teo Gutiérrez superó la salida de Julio César para mandar la pelota al fondo de las redes.

El gol cayó como agua fría sobre los pupilos de Rui Vitória, que intentaron reaccionar y acercarse a la portería de Rui Patricio, pero no consiguieron crear peligro.

La inseguridad defensiva del Benfica volvió a salirle cara en el minuto 21, cuando el argelino Slimani se alzó entre Luisao y Jardel para cabecear un pase cruzado de Jefferson y ampliar la ventaja en el marcador.

La primera ocasión de peligro de la escuadra del ariete azteca llegó hasta el minuto 29, cuando André Almeida hiló una buena jugada por la derecha y le puso el balón a Jonás, que remató a portería, pero la pelota se perdió por encima del larguero.

En el 36', el Sporting lanzó un contraataque que acabó con un remate de Slimani que esta vez sí despejó Julio César, pero el balón cayó en los pies del costarricense Bryan Ruiz, quien no falló.

Benfica intentó arreglar la situación en el inicio de la segunda parte con un remate de Gaitán que se fue por un lado de la portería. Con el pasar de los minutos y la victoria cada vez más cerca, comenzaron a escucharse "olés" en la grada que ocupaban los seguidores del Sporting.

Las Águilas disfrutaron de dos ocasiones de peligro, gracias a una pelota que recuperó Raúl Jiménez, quien después no superó el cara a cara con Rui Patricio, y a un remate de Samaris que pasó rozando el larguero.

Los intentos animaron a la afición de los locales, que aumentó el volumen de sus cánticos y reclamó sonoramente un penalti en el 82 a Mitroglou, pero el árbitro entendió que se había tirado y Benfica no pudo evitar la estrepitosa derrota.

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