La afición cementera estuvo al borde la butaca durante los primeros 45 minutos, alentando sin parar a Cruz Azul; sin embargo, quedaron a deber, pues la pasión desbordó y el grito prohibido apareció en las gradas del Estadio Azteca.
En menos de 15 minutos, la afición ya había realizado al menos tres gritos en contra del portero Luis García, sobre todo porque desde el principio del partido demoraba de más en reanudar las acciones.
Tras la primera infracción, el sonido local pidió al público que evitara la expresión, pero el público enardecido hizo caso omiso. Posteriormente, el sonido local aumentó el volumen en cada uno de los despejes del arquero rival para evitar que sea escuchado.
Sin embargo, las acciones intensas del terreno de juego calentaron más a la afición cruzazulina, que comenzó a arremeter contra todos los jugadores de Toluca, comenzando por Rubens Sambueza.