ÁLVARO CRUZ
Las expectativas eran altas pero el partido quedó a deber con unos Gallos impetuosos pero sin espolones y once Zorros que firmaron el 0-0 desde el inicio, con un juego mezquino que alargó su racha a 20 años sin ganar en La Corregidora, pero con un punto de oro que los aleja del descenso y hunde más al Querétaro.
El duelo se cerró en un inicio, pero Gallos era más compacto en sus líneas que el Atlas, sobretodo en el ataque, y conforme transcurrió la primera media hora del partido ya habían tenido tres llegadas de peligro por cero incursiones de un Atlas gris e inoperante.
Revolucionados por su necesidad de triunfo, pero con orden e idea en su juego, Gallos hizo con una volea de Henríquez, en jugada a balón parado, su primer aviso a la meta de Pinto, sólo que el balón se fue por un lado.
El segundo intento lo tuvo Wilfredo Cosme, luego de un pase filtrado de Landín, el colombiano tocó por arriba ante la salida del arquero chileno, pero la pelota se fue encima de la portería Rojinegra.
La balanza se inclinó completamente hacia los de casa, lo cual provocó que le apedrearan el rancho una y otra vez el Atlas, que vio en su portero la figura de un villano cuando soltó en el área un balón de rutina que casi aprovecha la delantera emplumada.
El complemento entregó a un Atlas conservador, preocupado más en tapar la salida del rival que en tener la pelota; Querétaro era dueño de la redonda y encontró por la banda derecha una vía de acceso a la meta rival con la velocidad de Apodí y la técnica de Diego de la Torre.
Cerca de los 25 minutos los Gallos se pusieron agresivos al frente, y fue Osuna quien probó con disparo de media distancia que Pinto detuvo en dos tiempos ante el asecho de Cosme
Los Gallos Blancos eran amos y señores del duelo, Atlas no quiso jugar, pero la carencia de explosividad en la delantera local, un buen escalonamiento de la zaga tapatía y una atajada con vuelo espectacular de Miguel Pinto al final decretaron el cero en el marcador.
ASÍ LO VIVÍMOS