ÁLVARO CRUZ
Rayados se murió de nada en la Corregidora con un futbol parco, carente de idea y poco efectivo al frente, ante unos Gallos que no pararon de correr y con un gol de vestidor sumaron su segunda victoria del torneo que les permite soñar con la salvación.
Fiel a su instinto madrugador, el gallo cantó temprano en el partido a través de Wilberto Cosme, quien recibió un trazo largo de De la Torre que techó a la zaga rayada, para definir suave con pierna derecha a segundo palo y dejar atónito a Jonathan Orozco, lo que desbordó la pasión en una fría Corregidora.
Querétaro siguió con la posesión de la pelota y un buen escalonamiento de su defensa, pero el Monterrey había entendido la falla de su última línea y comenzó a tapar la salida del rival, evitando los ataques y poniendo en predicamentos a Gallos con un tiro al poste que después Delgado voló en el contra remate.
Casi para cerrar la primera mitad, el conjunto local buscó reflejar su dominio con un marcador más amplio cuando Cosme entró en el área, rompió la cintura de Hiram Mier con dos recortes y mandó un tiro centro que despejó la defensiva rayada.
El complemento inició a tambor batiente, con intensidad y ataques frontales que derivaron en una llegada de Escoto por derecha que Orozco atajó a dos manos. Monterrey respondió al aviso cuando Suazo filtró un balón que dejó mano a mano a De Nigris con el arquero, lo quitó con un recorte pero perdió el ángulo y su disparo fue contenido por García.
Conforme transcurrieron los minutos la posesión del esférico se dividió, ambos cuadros generaban llegadas sin tanto peligro; fueron minutos de baja intensidad pero con un duelo abierto que sobre el final se volvió a encender con un mano a mano de Cosme que resolvió con un pase a Apodí, pero el brasileño quedó corto y falló su definición.
No hubo tiempo para más, las incursiones regias fueron tibias y La Corregidora explotó en júbilo con el pitazo final y el triunfo de unos Gallos que se aferran al Máximo Circuito.