Rodrigo Ares de Parga cumple un año de haberse convertido en presidente del Patronato.
Fue el 20 de mayo de 2016 cuando la Asamblea Ordinaria del Club Universidad oficializó la llegada del economista egresado del ITAM. Aunque de inicio sorprendió y agradó por las decisiones que tomó en torno al equipo, junto a los resultados dentro de la cancha, la situación cambió al término de su segundo torneo y primer año al frente.
La primera decisión que el directivo tomó fue a tan sólo unos días de haber ocupado el puesto, cuando rompió toda relación con Guillermo Vázquez y Antonio Sancho, entrenador y vicepresidente deportivo, respectivamente.
Después, impresionó al nombrar a Francisco Palencia como nuevo técnico, determinación que causó dudas, ya que el exdelantero no tenía experiencia en Primera División, pero en el primer certamen los resultados le dieron la razón.
Y ante el argumento de que el club necesitaba dinero, Ismael Sosa se fue vendido a Tigres, hecho que molestó a la afición, ya que el argentino era el mejor jugador auriazul en ese momento. Pese a ello, Ares de Parga dejó claro desde su llegada que bajo su gestión lo más importante sería recobrar la filosofía del club al darle oportunidad a la gente de cantera, aunque contrató a dos españoles, Abraham González y Saúl Berjón, y regresó a Pablo Barrera y al joven mexicano Santiago Palacios desde Holanda. En el Apertura 2016, clasificaron a la Liguilla, pero los de la UANL los sacaron en Cuartos con una goleada de 5-0.
Al término de dicho torneo, el presidente presentó el nuevo proyecto de Universidad, con el que se renovarían las instalaciones de cantera y el primer equipo entrenaría ahí, se sanarían las finanzas y se daría oportunidad a las fuerzas básicas, planes que agradaron a la afición, ya que además fichó a Nicolás Castillo; sin embargo, en el Clausura 2017 los resultados le dieron la espalda, ya que parte de la columna vertebral se lesionó, incluido el chileno que en ese momento era líder de goleo. Además, Tigres los eliminó de la Concachampions.
En el último semestre nada le salió a Pumas, ya que además de no clasificar, terminó como la peor defensa de la Liga MX con 30 goles recibidos y como penúltimo lugar de la tabla general, hecho que causó enojo en los fanáticos. Posteriormente, remató con la salida de Darío Verón y Alejandro Palacios, y aunque la directiva explicó sus motivos, la afición no quedó convencida, por lo que Ares de Parga tendrá que demostrar que el proyecto de su gestión funciona y con ello su continuidad habrá valido la pena.
