Guillermo Álvarez Cuevas, presidente de La Máquina, fue distinguido como Doctor Honoris Causa por el Instituto Mexicano de Líderes de Excelencia por sus labores en el ámbito empresarial, social y deportivo al frente de Cruz Azul y aprovechó para señalar que en su equipo no se toman decisiones viscerales y que la continuidad de Tomás Boy es algo que meditó y que no se debe estar anunciando el respaldo a un técnico cada semana.
"¿Por qué darle la confianza? porque no tenemos a bien acciones viscerales y esta acción fue totalmente meditada y sobretodo hay decisiones que se deben tomar solo, ojalá todas fueran en grupo, cuando se toman en grupo, pues nadie es responsable, en este momento la presidencia asume la máxima responsabilidad y en los triunfos pues que sean los jugadores y el entrenador los que la reciban", explicó Álvarez quien comentó que aún no se reúne con los jugadores, pero hablará con ellos en breve.
Sin embargo; señaló que faltó algo más para celebrar completamente y lamentó la derrota de su escuadra contra América, en el reciente Clásico Joven.
"Me hubiera gustado complementarlo con algo deportivo, pero no hay felicidad completa ni tampoco triunfalismos porque un buen primer tiempo no satisface si no se complementa el esfuerzo, mas allá de jugar con un hombre menos, yo creo que hay que estar preparado para jugar con un hombre menos.
"La diferencia es que en un deporte de asociación aquí ganamos y perdemos todos. Aquí no hay de que si alguien sale expulsado hay que echarle la culpa o el que mete los goles es el que jugó bien y los demás la regaron. Aquí ganamos y perdemos todos", expresó.