El Manchester City ganó en Old Trafford (1-2) para propinar un golpe de autoridad a la Premier, que domina con solvencia tras dejar atrás a su rival en el derbi de la ciudad, su perseguidor más cercano, ahora a once puntos de distancia.
Los Citizens logró su decimocuarta victoria seguida en la competición inglesa. Ningún marco mejor para establecer un nuevo registro en el torneo. En dieciséis partidos jugados ha ganado todo excepto un empate.
Enterró el City la buena marcha del United, que afrontó el derbi con cuatro triunfos seguidos y el aliciente de situarse sólo a cinco del liderato.
Mourinho y Guardiola fueron fieles a su estilo. El equipo del preparador español acaparó la pelota desde el principio ante un rival centrado en mantener el tipo y esperar alguna ocasión a la contra.
De Gea sostuvo, en un par de intervenciones, al conjunto local. Pero no pudo evitar que el City tomara ventaja en el 43, tras el lanzamiento de un córner que remató de mala manera Nicolás Otamendi. En cualquier caso la pelota acabó en David Silva, que llevó la pelota a la red.
El conjunto de Guardiola se adelantó con naturalidad. Fruto de su posesión y superioridad. Pero el United desveló sus recursos en el añadido gracias a un error defensivo de Fabian Delph que aprovechó Marcus Rashford empatar. Un premio impensable para los locales visto lo visto sobre el césped.
El ritmo bajó en la segunda parte, aunque las ocasiones siguieron del lado del City. En otra acción a balón parado marcó el segundo, que le dio el triunfo. En una falta lateral que llevó el balón al área. Un mal despeje de Romelu Lukaku dejó la pelota a los pies de Otamendi, que marcó el gol del triunfo.
Mourinho recurrió a Juan Mata y Zlatan Ibrahimovic. A base de tesón abordó a su rival y tuvo el empate en una doble oportunidad en el tramo final de Lukaku y Mata que desbarató el meta Ederson