A una semana de entrar en juego la Liga de Campeones de Lisboa, la ambición es indudable en el discurso del Atlético de Madrid, cuyos jugadores van a dar la "vida para conquistar el título", según expresó este jueves el delantero Diego Costa, que ya sintió la crueldad de la derrota en 2014 y que advierte insistentemente en el potencial del Leipzig y en la complejidad enorme de ganar el torneo de los torneos.
"Tenemos la mejor afición del mundo. Con ellos sería mucho más fácil. Es diferente cuando tienes a ellos detrás y es un punto negativo no poder tenerlos a nuestro lado. Vamos a dar nuestra vida para conquistar el título. Ojalá que nos toque este año y podamos dar esa alegría a la gente, porque, más que nosotros, se lo merecen ellos. Sería muy feliz de poder ganarla por la gente, porque durante mucho tiempo es un sueño que ellos vienen teniendo. Nosotros también lo tenemos, pero ellos lo merecen más que nosotros", recalcó el futbolista, titular contra el Leipzig dentro de una semana, en una entrevista a los medios oficiales del club.
"Nosotros no podemos quitar la ilusión de la gente, de los aficionados, de todo lo que vienen sintiendo desde hace tiempo, de la final que tuvimos, que no pudimos darle el título. La gente tiene ilusión, pero también tiene que saber que tenemos un rival muy difícil. Y si pasamos nos va a tocar otro equipo muy difícil (París Saint Germain o Atalanta) y si llegamos a la final nos tocará otro equipo muy, muy difícil", alertó.
"Hay que saber que no es fácil. Nunca lo ha sido. Ni ahora mismo ni nunca. Hay que tener ilusión, energía positiva y las ganas de que las cosas pasen, pero hay que tener los pies en el suelo. No es nada fácil", añadió.
El equipo rojiblanco mantiene el discurso del partido a partido, pero esta vez va más allá, porque abiertamente, desde la imponente vuelta del parón del covid-19 que demostró el bloque madrileño, surge la voracidad de un grupo que descubre sin matices, al menos la plantilla, la única aspiración válida en el formato a único encuentro de la competición: ser campeón.
Todo contenido, en cualquier caso, en la prudencia que genera un torneo tan grande como la Liga de Campeones, del que el Atlético ha sido subcampeón en dos de los últimos seis años y en el que este curso ha sido capaz de doblegar al último dueño del título, el Liverpool, al que venció en la Ida y en la Vuelta: 1-0 en el Wanda Metropolitano y 2-3 en Anfield, en la prórroga, después de una exhibición de Jan Oblak y de una irrupción certera e incontestable de Marcos Llorente.
"Fue un partido para entrar en la historia de lo más lindo que se ha vivido aquí durante mucho tiempo. Sabemos que ya pasó, que la gente ha creado muchas expectativas con nosotros e intentaremos corresponder a la gente y salir enchufados para hacer algo lindo. Ojalá que nos toque un partido bueno y que la suerte también nos acompañe", avisó Diego Costa, que entiende que el novedoso formato a único partido fomenta la igualdad y anula el margen de error, porque ya no hay encuentro de vuelta del que reponerse a un "mal" primer choque.