El Comité de Disciplina de la UEFA multó este lunes con 100 mil euros a Croacia por los incidentes causados por sus ultras en el partido de la Eurocopa contra la República Checa del pasado 17 de junio, al tiempo que condicionará la venta de entradas a sus aficionados radicales para que no haya nuevos altercados.
El organismo se mostró más magnánimo con los croatas de lo que la semana pasada había sido con Rusia, a quien amenazó de exclusión de la competición en caso de reincidencia tras los disturbios causados en el estadio Velódromo de Marsella tras el partido contra Inglaterra del pasado día 11.
A diferencia de los rusos, los ultras croatas no protagonizaron en Saint-Etienne enfrentamientos con la afición rival, aunque lanzaron bengalas al campo, lo que obligó al árbitro a suspender el partido durante unos minutos.
Las peleas entre ultras croatas, el lanzamiento de bengalas y otro material al campo, como un petardo que aturdió a uno de los responsables de seguridad, y su comportamiento racista, han motivado la sanción, aunque es menos dura que la impuesta a Rusia.
En el caso de que vuelvan a producirse comportamientos inadecuados en la grada croata, la limitación de venta de entradas se aplicará para los siguientes duelos si Croacia se clasifica para Octavos de Final.