Nuestra Concacaf hizo la aparición en Qatar 2022 con un Estados Unidos de convocatoria opacada por los seguidores de Gales, mayoría en el estadio Ahmad Bin Ali, pero los Norteamericanos tuvieron apoyo: mexicanos que dejaron atrás la rivalidad de nuestra zona.
Como siempre, había banderas mexicanas en la sede mundialista que se estrenó en esta edición, pero esta ocasión tenían un sentido extra: compatriotas que apoyaban a su otra nación. Corazón partido.
Jaime viajó sólo de Los Angeles a Doha para corear al Team USA y al Tri: playera con símbolos gringos, trapo tricolor con una Copa del Mundo en la espalda y una gorra de los Dodgers. Mucho amor para repartir en sus dos naciones.
Nuestros vecinos necesitaban ayuda en la tribuna de 43 mil 418 asientos, que de nuevo no se llenó, aunque con pocos huecos. El gran dragón rojo lució amenazante en la grada, especialmente detrás de la que fue su portería en el primer tiempo, donde se aglomeró una atemorizante y ruidosa masa escarlata. Tardó, pero logró emparejar decibeles el tradicional “¡Yu-es-ey!”.
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