El fentanilo, un opioide sintético de notable potencia, suscita serias preocupaciones debido a su letalidad incluso en dosis mínimas. Especialistas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) han señalado que tan solo un tercio de un grano de arroz puede resultar mortal.
El fentanilo es un analgésico 100 veces más potente que la morfina, utilizado para tratar dolores intensos en clínicas. Su uso indebido es peligroso, ya que se dosifica en microgramos, una milésima parte de un miligramo.

El fentanilo impacta el sistema mesolímbico del cerebro, que controla la motivación y el placer. Al activar el circuito de recompensa, genera una intensa euforia, aumentando su potencial adictivo y provocando una rápida dependencia entre los usuarios.
El fentanilo es una sustancia de alta adicción y peligrosidad que afecta el sistema nervioso central, incluso en dosis mínimas. Su utilización puede provocar una disminución significativa de la frecuencia respiratoria, lo que puede resultar en hipoxia, coma e incluso la muerte, especialmente cuando se combina con alcohol o sedantes.
La crisis de sobredosis por fentanilo en los Estados Unidos es de suma gravedad, con más de 150 muertes diarias. Desde el año 2016, se han registrado entre 50,000 y 80,000 muertes anuales atribuibles a su consumo, según un informe del 2024 por parte del Gobierno de México.

¿ Cuál es la solución sobre el consumo del fentanilo?
Expertos de la UNAM indican que la adicción a drogas como el alcohol y el fentanilo lleva a las personas a seguir consumiendo a pesar de las consecuencias negativas. Existen programas de recuperación efectivos que comienzan con la aceptación de la adicción como una enfermedad. Medicamentos como metadona, buprenorfina y naltrexona ayudan a manejar la dependencia, mientras que la naloxona reduce el riesgo de sobredosis. La metadona es especialmente útil para la dependencia de heroína y fentanilo, permitiendo a los individuos llevar una vida normal. Es crucial que estos tratamientos se complementen con psicoterapia, como la terapia cognitivo-conductual.

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