Las estrictas medidas de seguridad que se realizaron en las inmersiones del Estadio de San Petersburgo ocasionaron que muchos aficionados se perdieran la inauguración de la Copa Confederaciones 2017.
Previo a que comenzara el juego entre Rusia y Nueva Zelanda, las gradas del recinto deportivo lucieron semivacías; sin embargo, con el paso de los minutos poco a poco fue incrementado el aforo.
El espectáculo, que se llevó a cabo un par de horas antes del partido y que incluyó música y bailes, sólo fue observado por un número pequeño de personas, ya que el majestuoso estadio tiene una capacidad para 68 mil 134 espectadores.