Si hay un equipo sólido, que puede aguantar cañonazos de dinero por uno de sus jugadores, ese es Cruz Azul. Ni Tigres ni Rayados. América le compite en el rubro; pero La Máquina es uno de los clubes mexicanos que a pesar de la contingencia por el nuevo coronavirus, tiene la capacidad de retener a sus estrellas en términos económicos.
Con la sacudida que el COVID19 le ha dado al mundo, es sorprendente ver a grandes empresas que ya sudan la gota gorda, incluidas las mexicanas a las que pertenecen tres de estos cuatro poderosos del futbol mexicano. Sin embargo, la cementera que respalda a los celestes ha sufrido en menor medida el temblor financiero.
Cemex, el gran respaldo de Sinergia Deportiva, la rama que administra a los Tigres y que le inyectó el financiamiento suficiente para tener la plantilla más costosa de los último años, con la que se colocó como el equipo más ganador de títulos en Liga MX en la década anterior, tampoco la ha tenido fácil.
Fernando González Olivieri, director general de la cementera, explicó que “es un momento sin precedentes debido a la pandemia de Covid-19. La actividad de la construcción en la mayoría de nuestros mercados se ve afectada en diversos grados”, en reporte a la Bolda Mexicana de Valores. “Dadas las condiciones difíciles, no se espera reducir la deuda como se planeó originalmente”.
Los felinos del norte, acostumbrados a no padecer por temas económicos, ahora aplican medidas de recorte de salarios y planean un siguiente semestre sin grandes inversiones por fichajes, incluso analizan no renovar varios contratos para desprenderse de altos sueldos.
Algo similar pasa con FEMSA, empresa multinacional mexicana de la industria de las bebidas, sector comercial y de restaurantes que respalda a Rayados. La última afectación fuerte que tuvieron fue la parálisis a la que fue obligada en el ramo de cervezas.
Incluso sucede con Televisa, que reportó pérdidas por 9 mil 903 millones de pesos en el primer trimestre del año, un desplome de 41 por ciento en su margen de utilidad respecto al año pasado, generado por la caída en las ventas de publicidad y el freno de en actividades deportivas, según su reporte a la Bolsa Mexicana de Valores. El impacto no es directo al América, que navega con un presupuesto propio, pero cada año recibe una inyección desde el gigante mediático que luce amenazado por la situación.
Sin embargo, la cementera Cruz Azul no ha sido tan afectada. Recientemente, BBVA formalizó un crédito sostenible con la Cooperativa celeste por 2,200 millones de pesos, que en palabras de Guillermo Álvarez, su director general, sirve para invertir en equipos industriales con la más alta tecnología, para tener menores costos de producción y procesos más ecológicos. Además, la constructora opera aún con los varios contratos que ha logrado con el actual gobierno de nuestro país.
Es sabido en las altas esferas de nuestro futbol, que la inyección de recursos de la cementera al equipo de futbol no tiene trabas, al contrario, lo mantienen sólido, brillante, capaz de aguantar los cañonazos más duros desde el extranjero, incluida Europa, por sus mejores futbolistas, como el Cabeza Rodríguez, hoy acechado por el Calcio. Contrario al resto de equipos de la Liga MX, La Máquina puede retenerlo sin sudar tanto.
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