La NFL agradeció a México el ser anfitrión del Monday Night Football a través de un mosaico, creado con la ayuda de la afición, en el descanso del partido en el Estadio Azteca.
La gente colaboró de gran manera con la dinámica y logró plasmar el logo de la NFL, el de un patrocinador, el de México y, finalmente, el agradecimiento al país por ser parte de este gran partido.
Desde el principio, los aficionados mostraron gran respeto por la organización deportiva que trajo el partido a México (la NFL), al respetar el himno de Estados Unidos e incluso callar los pocos abucheos de algunas personas.
La localía de los Raiders fue apabullante, tanto que, cada que los Texans tenían una serie ofensiva, los gritos eran ensordecedores y lograban que el mismo quarterback de Houston, Brock Osweiler, sufriera para comunicarse con su línea ofensiva e, incluso, tuviera que quemar tiempos fuera para evitar un castigo por retraso de juego.
El detalle negativo en la afición fue que, ahora en el futbol americano, reincidió en el ‘grito prohibido’, cada que Houston despejaba el ovoide, intentaban un gol de campo o iban por un punto extra.
Fuera de eso, la afición se comportó a la altura y apoyó incondicionalmente a su equipo, acatando a las señales que se colocaban en la pantalla, donde se pedía silencio cuando Oakland estaba a la ofensiva y ruido cuando defendían, respetando la condición oficial de localía de los ‘Malosos’.