Fueron 42 mil aficionados los que fueron a ver triunfar a José Tomás, el mítico torero español... Pero la fiesta fue de Joselito Adame, el mexicano.
Cierto es que en su primer astado José Tomás corto una oreja después de una faena de un valor inconmensurable; sin embargo la afición la protestó por lo que el mismo diestro desechó la peluda y prefirió salir al ruedo solamente, en un acto de honestidad.
Aunque el momento de la celebración se dio cuando llegó Patol, el sexto de la tarde, que junto a Joselito Adame destapó el frasco de las escencias de una afición que arropó al torero del país.
Fueron sendas tandas de naturales plasmadas de plasticidad y arte las que le permitieron cortar dos orejas después de una estocada defectuosa que sirvió para acabar con la vida de su enemigo.
José Tomás se encontró con dos difíciles socios llamados Platero y Romancero que le pusieron la tarde cuesta para arriba, pues incluso fue abucheado por la poca presencia de su último enemigo.
Joselito tuvo dos difíciles encomiendas ante Seda Gris a quien le hizo una buena faena pero lo echó a perder con el acero. Y después, ante Pitayo poco pudo hacer.
