El suizo Roger Federer volvió a competir este miércoles, 405 días después, en el torneo de Doha, donde se batió en el cemento durante más de dos horas y derrotó al británico Daniel Evans por 7-6 (8), 3-6 y 7-5.
El helvético, que no competía de forma oficial desde el Abierto de Australia en 2020, dio muestras de su calidad, pese a no ofrecer su mejor versión tras un año parado y dos operaciones en la rodilla derecha.
Ante un tenista mucho más rodado como el británico, número 28 del mundo, Federer mezcló momentos excelsos con un buen saco de errores no forzados, símbolo del óxido en su raqueta por el largo parón. Le costó adaptarse al resto en el primer saque y no forzó ni una sola bola de rotura, necesitando un desempate, en el que llegó a caer por 2-4 y salvó una bola de set para coger ventaja en el marcador.
Lo mejor para Federer fue su buen humor. Incluso cuando se le enganchó una derecha sencilla en un punto de set a su favor, esbozó una sonrisa, mostrando que está feliz de poder volver a competir.
Cuando el partido se puso físico, Evans aumentó el nivel y se empezó a aprovechar de los errores del campeón de 20 títulos del Grand Slam. Aceleró hacia el 6-3 y provocó que el primer duelo de Federer en 400 días se decidiera en el tercer set.
El siguiente rival de Federer será el georgiano Nikoloz Basilashvili, que derrotó por un doble 6-2 al tunecino Malek Jaziri. Será el segundo duelo entre Basilashvili y Federer después de la victoria del suizo en Australia 2016.